Se llama Primavera árabe, a una serie de revueltas populares reclamando libertades democráticas, cambios institucionales, políticos, económicos y de las condiciones de vida. Se propagaron en países del norte de África y del Medio Oriente. Los alzamientos fueron y son violentos, con guerra interna, derrocamiento de gobernantes, su encarcelamiento, matanza o fuga y miles de muertos, combatientes y civiles.
Las causas se repiten y son: gobernantes autócratas e inamovibles, corrupción en la camarilla de familiares y secuaces, abuso del poder, pobreza en el pueblo y lo más impactante humanamente en el siglo XXI, la pérdida de la libertad y de los derechos individuales.
Lamentablemente esos pueblos tienen una cultura de siglos de vivir con esos gobiernos, que tuvieron sus períodos de grandeza, poderío, ejemplaridad y prosperidad de sus pueblos y son orgullosos de ese pasado.
El salto cultural y cualitativo a la democracia será complejo, porque la democracia se basa en la cultura del esfuerzo personal para alcanzar los objetivos de vida de cada individuo, y su filosofía es que nada es regalado. No es un sistema perfecto de organización social. Las imperfecciones del hombre y su lucha por sus objetivos, generan alteraciones en la armonía social y la convivencia. El cambio cultural será difícil, pero inevitable para prosperar.
Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
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