Los periódicos informan a diario los sobreprecios que el Estado paga por obras de tendido de redes de energía, oleoductos, rutas, viviendas, etc. Se revelan solo los escándalos de sobreprecios del orden del 100% en obras de magnitud. El sobreprecio en obras menores o con porcentajes más bajos es ignorado, y un diputado nacional estimó en el 20% su monto.
El camino de solución es que el sector privado sea el inversor, remplazando al Estado en la inversión y su administración.
Si una inversión estatal de valor 100, la paga el Estado 50% más, (presunto), con los mismos recursos el sector privado podría concretar la mitad más de inversiones. Como la empresa argentina está descapitalizada, para que pueda invertir se requiere que los montos invertidos sean computados como pago a cuenta del impuesto a las ganancias.
El presupuesto 2009 autoriza inversiones o gastos a los Ministerios: Planificación 34 mil millones; Educación 11; Trabajo 16; Salud 2; Desarrollo Social 7. Total 70 mil millones de pesos, cifra que debe ser depurada. Lo innegable es que toda la inversión y gasto estatales están fuera de control.
Algunos Ministerios deben desaparecer o redimensionarse transfiriendo funciones a las provincias. El Estado federal es una lápida para la ciudadanía.
04/02/2009
Dr. Marcelo Castro Corbatsegundarepublica@fibertel.com.ar
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