Las Abuelas de Plaza de Mayo se presentaron a la Justicia demandando que el General Videla, con prisión domiciliaria por su edad, fuera transferido a una prisión común. El Juez, sorpresivamente resolvió su traslado a una cárcel. Se ignoró la Constitución Nacional, Art. 18 que prescribe: “Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos”.
En 1976, el descalabro del gobierno de Isabel Perón, y la violencia fratricida desatada por la guerrilla, destruían al país. Los peronistas no podían salir del caos, el líder radical Balbín reconocía no saber como resolver la crisis y todo el país esperaba la intervención de las fuerzas armadas. Le tocó al General Videla hacerse cargo de la crisis y vencer en la guerra interna, caracterizada por violencias y excesos.
Las Madres, ex-guerrilleros e ideólogos siguen impulsando la venganza, la violencia y el odio, y el juez parece compartir esos sentimientos. Así, la sociedad no puede ordenarse ni mejorar su futuro. Es continuar la tragedia.
El dolor por los muertos y desaparecidos se ha convertido en políticamente ideológico, y los muertos son la bandera que se flamea ocultando los verdaderos objetivos. No se debe hostigar constantemente. La sociedad argentina puede desbocarse en nuevos y trágicos enfrentamientos, que hay que evitar.
20/10/2008
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
N.B.:Se autoriza su difusión
En 1976, el descalabro del gobierno de Isabel Perón, y la violencia fratricida desatada por la guerrilla, destruían al país. Los peronistas no podían salir del caos, el líder radical Balbín reconocía no saber como resolver la crisis y todo el país esperaba la intervención de las fuerzas armadas. Le tocó al General Videla hacerse cargo de la crisis y vencer en la guerra interna, caracterizada por violencias y excesos.
Las Madres, ex-guerrilleros e ideólogos siguen impulsando la venganza, la violencia y el odio, y el juez parece compartir esos sentimientos. Así, la sociedad no puede ordenarse ni mejorar su futuro. Es continuar la tragedia.
El dolor por los muertos y desaparecidos se ha convertido en políticamente ideológico, y los muertos son la bandera que se flamea ocultando los verdaderos objetivos. No se debe hostigar constantemente. La sociedad argentina puede desbocarse en nuevos y trágicos enfrentamientos, que hay que evitar.
20/10/2008
Dr. Marcelo Castro Corbat
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