El gobierno de pocos, ejercido por personas pertenecientes a un mismo grupo, que detentan el poder absoluto, se denomina oligarquía. Son los poderosos que ordenan la sociedad en su beneficio político y económico.
En Argentina hay dos oligarquías constitucionales, la partidocracia y la de segundo nivel que es la corporación sindical. La partidocracia necesita apoyarse en grupos corruptos a los que beneficia, como son las dirigencias gremiales, algunas empresariales, las tropas de choque y el crimen organizado de funcionarios deshonestos con cómplices cercanos al poder.
Conforman una nueva oligarquía impúdica, que tiene aprisionada a la ciudadanía. En las últimas seis décadas, se desarrollaron, salieron a la luz y se las denominó despectivamente las “patrias”.
La nueva oligarquía impide el progreso del país. Produjo la caída de la economía, del producto bruto per cápita aumentando la pobreza, aumentó el endeudamiento del Estado, su ineficiencia y la dilapidación. Deterioró la educación, la salud, la vivienda, y la seguridad. Finalmente socavó la cultura de conductas éticas y de responsabilidad ciudadana.
La república, la democracia y la prosperidad son incompatibles con la oligarquía. La ciudadanía debe enfrentarla; no importa el tiempo que se requiera para eliminarla.
04/07/2008
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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