La caída de la mayoría de los imperios y la decadencia o estancamiento de numerosas naciones, tiene su origen en la corrupción de los gobernantes, generadora del empobrecimiento del pueblo y de conflictos internos.
Argentina lleva 6 décadas de estancamiento, comparándola con el crecimiento de la mayoría de los países del mundo. La corrupción ha penetrado en todos los niveles de nuestro país, siendo la clase gobernante y los cercanos al poder los principales responsables. Estamos en el grupo de países más corruptos del planeta.
El enriquecimiento ilícito está sostenido por la impunidad de los delitos de violación de las leyes y de los derechos del pueblo. No se puede confiar que los que detentan el poder castiguen a sus pares por sus delitos de corrupción. Solo el pueblo podrá combatir estos delitos: debe juzgarlos en Juicios por Jurados Anticorrupción y elegir los fiscales. Si no se erradica la corrupción, Argentina no podrá ser recuperada.
La pena a los funcionarios electos por el pueblo y a los designados en cargos políticos, incursos en delitos de corrupción, debe ser la de los infames traidores a la patria y deben agravarse las penas a funcionarios y cómplices de esos delitos.
4/8/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
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Centro Segunda Republica
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