lunes, septiembre 29, 2008

Hipotecando las próximas generaciones


Los ferrocarriles argentinos los construyeron ingleses y franceses. Se negociaron las condiciones de la concesión y se construyó la más extensa red de Sudamérica. La inversión se hizo con capital de riesgo, y los accionistas de las empresas obtenían la renta de su inversión. El pueblo argentino no pagó la construcción, y disponía de un servicio del mejor nivel mundial.
Después vino la ideología que el ferrocarril era un tema de soberanía nacional y se estatizó. Pasaron los años y el Estado terminó destruyendo la estructura ferroviaria, el pueblo debió pagar con impuestos las desastrosas pérdidas anuales, sufrir el calamitoso servicio de transporte público y convertir la soberanía nacional en un proceso de degradación ciudadana.
El proyecto del “tren bala” no se sabe cuanto costará en dólares y menos aún su costo en pesos por la inflación, cuanto deberá pagar la población en impuestos por su construcción y las pérdidas que arroje su explotación. Es un convenio de construcción de obra y financiación sin riesgo para el constructor.
Estatizar Aerolíneas Argentinas y aumentar la deuda pública repite el proceso de hipotecar el futuro y de degradación ciudadana. El Estado es un organismo enfermo, sigue creando empresas estatales que no sabe administrar ni controlar y las pérdidas se cubren con impuestos que paga un pueblo empobrecido. La irresponsabilidad política es la constante.

29/9/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


N.B.:Se autoriza su difusión




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